06 septiembre 2020

Contemplación - meditación

"Tener ante uno el ideal más elevado y esforzarse sin cesar para elevarse hasta éste, es la única concentración verdadera reconocida por la Filosofía Esotérica"

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En 1884, Dāmodar K. Māvalankar escribió para la revista teosófica “The Theosophist”, de la cual fue fundadora Helena P. Blavatsky así como editora en sus primeros años de existencia, el artículo “Contemplación” (1). A día de hoy, dicho texto sigue conservando su vigencia, dándonos una idea clara acerca de qué debe de consistir la verdadera meditación, orientada a una voluntad continuada de observar pensamientos y actos elevados, a la vez que los aplicamos a nuestras vidas, más allá que pasar un determinado periodo de tiempo centrados en nuestra respiración o un punto concreto.

  

“Contemplación”, por Dāmodar K. Māvalankar (extractos del artículo):

 “Un malentendido GENERAL de este término parece prevalecer. La idea popular parece ser la de encerrarse durante media hora —o, a lo sumo dos horas— en una habitación privada, y mirarse pasivamente la nariz, una mancha en la pared, o, tal vez, un cristal. Esto se supone que es la verdadera forma de contemplación determinada por el Raja Yoga. Falta reconocer que el verdadero Ocultismo requiere que los desarrollos   “físico,   mental,   moral   y   espiritual”   corran   en   líneas   paralelas. Si la concepción sobre el caso fuera ampliada a todas estas líneas, no habría sido tan urgentemente sentida la necesidad del artículo presente. Este artículo está destinado especialmente para aquellos que parece no han logrado captar el verdadero significado de Dhyana y que por sus erróneas prácticas han traído dolor y miseria sobre sí mismos”.

 “En resumen, todo ese daño se debe a una falta de comprensión del significado de contemplación como se prescribe a los estudiantes de todas las escuelas de Filosofía Oculta. Con miras a proporcionar una vislumbre de la Realidad a través del denso velo que envuelve los misterios de esta Ciencia de las Ciencias, fue escrito un artículo, “El Elixir de Vida” (2). Desafortunadamente en muchos casos, la semilla parece haber caído sobre tierra estéril. Algunos de sus lectores sólo se hacen eco de la siguiente cláusula en dicho artículo: Razonando de lo conocido a lo desconocido, debe la meditación ser practicada y sostenida”.

 “Así, pues, hemos llegado al punto en el que hemos determinado —literalmente, no metafóricamente— romper la cáscara externa conocida como la envoltura mortal, o cuerpo, y salir de este, vestido con   la   próxima   cáscara.   Esta   ‘próxima   cáscara’   no   es   una   forma   espiritual, sino sólo una forma más etérea. Habiéndola adaptado por un largo entrenamiento y preparación para una vida en esta atmósfera, al tiempo que hemos gradualmente hecho morir la cáscara más externa por medio de cierto proceso…  tenemos que prepararnos para esta transformación fisiológica.

 ¿Cómo vamos a hacerlo? En primer lugar tenemos el presente cuerpo, visible, material con el que tratamos —el hombre, así llamado, aunque, de hecho, solo sea su cáscara exterior—. Tengamos en cuenta que la ciencia nos enseña que cada siete años aproximadamente cambiamos la piel tan eficazmente como cualquier serpiente; y esto ocurre tan gradual e imperceptiblemente que, de no ser porque la ciencia después de años de estudio y observación constante nos confirmó este proceso, nadie habría tenido ni la más leve sospecha del hecho…”

 “Todo el secreto está en tener éxito en el desarrollo de esto, y en la separación del cuerpo astral del visible; y mientras sus átomos, generalmente invisibles, se van convirtiendo en una masa compacta para gradualmente deshacerse de las viejas partículas de nuestra estructura visible de modo de hacerlas morir y desaparecer, antes de que el nuevo juego de partículas haya tenido tiempo para desarrollarse y reemplazar al viejo juego… No podemos decir más”.

 Una correcta comprensión del proceso científico anterior dará una pista para el sentido esotérico de la meditación o contemplación. La ciencia nos enseña que el hombre cambia su cuerpo físico continuamente, y este cambio es tan gradual que es casi imperceptible. ¿Por qué entonces debería ser diferente el caso en relación al hombre interno? Éste último también está constantemente desarrollándose y cambiando átomos en todo momento. Y la atracción de estos nuevos juegos de átomos depende de la Ley de Afinidad —siendo los deseos del hombre los que atraen a sus cuerpos constituyentes aquellas partículas en rapport [en relación] con ellos, o mejor dicho, dándoles a las partículas su propia tendencia y coloración—."

 “Pues la Ciencia ha demostrado que el pensamiento es dinámico, por lo que la fuerza de un pensamiento pone en acción a los nervios hasta manifestarse exteriormente, afectando los enlaces moleculares del hombre físico. Los hombres internos, por muy sublimados que puedan ser sus organismos, están aún compuestos por partículas reales, no hipotéticas, y están aún sujetos a la ley que indica que una “acción” tiene la tendencia a repetirse; una tendencia de establecer una acción análoga  en  la “cáscara” más densa con la que ellos están en contacto y dentro de la cual están ocultos. (El Elixir de Vida.) 

 ¿Qué es aquello que el aspirante del Yoga Vidya se esfuerza en lograr, si no es ganar Mukti por medio de su gradual transferencia desde su cuerpo más denso al próximo cuerpo más etéreo, hasta que, luego de que todos los velos de Maya han sido sucesivamente removidos, su Atma se haga uno con Paramatma? ¿Supone él que este gran resultado podrá ser logrado con dos o cuatro horas de contemplación? ¿Durante las restantes veinte o veintidós horas en que el devoto no se encierra en su cuarto para la meditación se detiene el proceso de la emisión de átomos y su reemplazo por otros? Si no es así, entonces, ¿cómo pretende atraer durante todo este tiempo sólo aquellos átomos adecuados para su finalidad? A partir de las observaciones anteriores, es evidente que así como el cuerpo físico requiere de una atención incesante para prevenir la entrada de una enfermedad, así también el hombre interno necesita una constante vigilancia, de modo que ningún pensamiento consciente o inconsciente pueda atraer átomos incompatibles con su progreso. Este es el verdadero sentido de la contemplación. El factor principal en la dirección del pensamiento es la VOLUNTAD.

 Sin eso, todo lo demás es inútil. Y, para que sea eficiente para el propósito, debe ser no sólo una resolución pasajera del momento, un único intenso deseo de corta duración, sino un esfuerzo decidido y continuo, tanto como pueda ser continuado y concentrado sin un solo momento de descuido".

 El Raja Yoga no alienta parafernalias ni requiere de posturas físicas. Sólo trata del hombre interno cuya esfera se encuentra en el mundo del pensamiento. Tener ante uno el ideal más elevado y esforzarse sin cesar para elevarse hasta éste, es la única concentración verdadera reconocida por la Filosofía Esotérica que trata del mundo interno de los noúmenos, no con la cáscara externa de los fenómenos.

 El primer requisito para el Raja Yoga es profunda pureza de corazón. Bien podría decir el estudiante de Ocultismo, con Zoroastro, que pureza de pensamiento, pureza de palabra, y pureza de acción, son los elementos esenciales de quien se elevaría por encima del nivel ordinario para unirse a los “dioses”. Cultivar el sentimiento de la filantropía desinteresada es el camino que debe ser atravesado para alcanzar este propósito. Porque es sólo este sentimiento el que conducirá hacia el Amor Universal, cuya realización constituye el progreso hacia la liberación de las cadenas forjadas por Maya alrededor del Ego. Ningún estudiante alcanzará esto inmediatamente (…)”.

“Si, como algunos suponen, tienen que ser completamente pasivos y perderse a sí mismos en el objeto frente a ellos, deben recordar que por estimular así la pasividad, en realidad permiten que se desarrollen en ellos facultades mediumnísticas. Como fue repetidamente afirmado, el Adepto y el Médium son los dos Polos: mientras el primero intensamente activo y por lo tanto capaz de controlar las fuerzas elementales, el segundo es sumamente pasivo, e incurre así en el riesgo de caer preso del capricho y la malicia de embriones dañinos de seres humanos, y de Elementarios”.

 

 (1) El artículo “Contemplación” apareció por primera vez en la revista “The Theosophist”, Vol. V, febrero 1884, págs. 112-114, si bien hubo dos publicaciones más al respecto del mismo, en los que el autor aclaraba conceptos mal interpretados (“The Theosophist”, Vol. V, febrero 1884, págs. 112-114 y abril 1884, págs. 170-171).

(2) Puede leer este interesante artículo íntegro aquí.