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“La Teosofía nunca
se ha planteado como dogma, sino como una relación de hechos reunidos a través
de observación y experiencia, que cualquier persona puede aceptar o rechazar
sin condena ni alabanza”.
CONTENIDO:
1. El
sendero del pensamiento independiente.
2. La
Sociedad Teosófica (original) no tiene ningún credo ni dogma.
3. La
Teosofía nunca se ha planteado como dogma.
4. Las
tres proposiciones fundamentales de la Doctrina Secreta:
(a) La existencia de un PRINCIPIO Omnipresente, Eterno, Sin Límites e
Inmutable. Lo Absoluto.
(b) La Eternidad del Universo in toto, como plano sin límites;
periódicamente “escenario de Universos innumerables, manifestándose y
desapareciendo incesantemente”.
(c) La identidad fundamental de todas las Almas con el Alma Suprema
Universal. La peregrinación obligatoria para todas las Almas, a través del
Ciclo de Encarnación (o de “Necesidad”), conforme a la Ley Cíclica y Kármica.
5. La
Teosofía en la historia.
“Sea como fuere, una vez que un estudiante abandona el
antiguo y trillado camino rutinario, y entra en el sendero solitario del
pensamiento independiente –hacia lo Divino– él es un Teósofo; un pensador
original, un buscador de la verdad eterna con «inspiración propia» para resolver
los problemas universales”.
2.
La Sociedad Teosófica (original) no tiene
ningún credo ni dogma.
“La Sociedad, como organización, no tiene ningún credo, ya
que los credos son sólo cascarones alrededor del conocimiento espiritual; y la
realización de la Teosofía es el conocimiento mismo –la mismísima esencia de la
indagación filosófica y teística. Siendo la representante visible de la
Teosofía Universal, no puede ser más sectaria que una Sociedad Geográfica, la
cual representa la exploración geográfica universal sin importarle que los
exploradores sean de uno u otro credo. La religión de la Sociedad es una
ecuación algebraica, en la cual, mientras no se omita el signo = de igualdad, a
cada miembro se le permite substituir sus propias cantidades, que concuerden mejor
con el clima y otras exigencias de su tierra natal, con las idiosincrasias de
su pueblo, o incluso las suyas propias. No teniendo un credo aceptado, nuestra
sociedad está muy dispuesta a dar y a tomar, a aprender y enseñar, por
experimentación práctica, en oposición a la mera aceptación pasiva y crédula de
dogmas impuestos por coacción. Está dispuesta a aceptar todo resultado
sostenido por cualquiera de las escuelas o sistemas antes referidos, que pueda
ser demostrado lógica y experimentalmente. Y viceversa, no puede aceptar
nada por mera fe, sin importar quien haya hecho la afirmación.
…
La Sociedad, en su conjunto, mantiene que todos los
pensadores e investigadores originales del lado oculto de la naturaleza, ya se
trate de materialistas –aquellos que encuentran en la materia «la promesa y
potencia de toda la vida terrestre», o de espiritualistas– esto es, aquellos
que descubren en el espíritu la fuente de toda la energía al igual que de la
materia, fueron y son, propia y correctamente, Teósofos. Porque para serlo, uno
no necesita necesariamente reconocer la existencia de algún Dios especial o
deidad. Uno sólo necesita adorar al espíritu de la naturaleza viviente, y
tratar de identificarse con él. Reverenciar esa Presencia, la Causa invisible,
la cual sin embargo siempre se está manifestando a sí misma en sus resultados
incesantes; el intangible, omnipotente, y omnipresente Proteo; indivisible en
su Esencia, que elude cualquier forma, y que sin embargo aparece bajo toda
forma; que está aquí y allá y en todas partes y en ninguna; es TODO y NADA; es
ubicuo y sin embargo es uno: es la Esencia que llena, une, limita y lo contiene
todo; y que está contenida en todo. Pensamos que ahora podrá verse por qué,
tales hombres, ya sean clasificados como Teístas, Panteístas o Ateos, están más
cerca de los demás. Sea como fuere, una vez que un estudiante abandona el
antiguo y trillado camino rutinario, y entra en el sendero solitario del
pensamiento independiente –hacia lo Divino– él es un Teósofo; un pensador
original, un buscador de la verdad eterna con «inspiración propia» para
resolver los problemas universales.
…
Y ella también está conectada con toda religión honesta, a
saber: con una religión dispuesta a ser juzgada por las mismas pruebas y
análisis que ella aplica a las otras. Esos libros, que contienen la verdad más
evidente por sí misma, son para la Teosofía inspirados (y no revelados).
Considera además que todos los libros, debido al elemento humano que contienen
son inferiores al Libro de la Naturaleza; para leer y comprender el cual
correctamente, deben estar sumamente desarrollados los poderes innatos del
alma. Las leyes ideales sólo pueden ser percibidas por la facultad intuitiva;
ellas están más allá del terreno de la argumentación y la dialéctica, y nadie puede
comprenderlas o apreciarlas correctamente a través de las explicaciones de otra
mente, aún cuando incluso esta mente afirme tener una revelación directa”. (1)
3.
La Teosofía nunca se ha planteado como
dogma.
“En cuanto a ‘una presentación dogmática’, la Teosofía nunca
se ha planteado como dogma, sino como una relación de hechos reunidos a
través de observación y experiencia, que cualquier persona puede aceptar o
rechazar sin condena ni alabanza. También podríamos etiquetar a las
matemáticas -la única ciencia exacta que usamos- como ‘dogmática’ porque se
plantea como un conjunto de hechos que el estudiante puede analizar, aplicar y
probar por sí mismo. La Teosofía se encuentra exactamente en el mismo estado: es
una presentación del Conocimiento adquirido a través de eones y no debe ser
confundida con las especulaciones de algunos de sus estudiantes, quienes en el
mejor de los casos están sujetos a sus prejuicios personales, predilecciones y
debilidades. También debe entenderse claramente que todos los escritores o
líderes teosóficos, excepto aquéllos que trajeron la Teosofía al mundo, son
estudiantes de mayor o menor dominio de la ciencia y, por lo tanto, son
susceptibles de ideas y aplicaciones erróneas. La única posibilidad de
discernir tales errores reside en una comparación con la Ciencia como se
presentó originalmente”. (2)
4.
Las tres proposiciones fundamentales de
la Doctrina Secreta.
No hay dogma en Teosofía, pero la misma presenta una ciencia
fruto la observación e investigación llevada a cabo desde tiempos inmemoriales;
sobre esta ciencia o filosofía H. P. Blavatsky escribió multitud de artículos y
varios libros, de los que destacan La Doctrina Secreta. En dicha obra, se
recogen una serie de “conceptos fundamentales” respecto de los que H.P.B. dijo
que “cuando el lector los haya comprendido claramente, y haya visto la luz que
arrojan sobre todos los problemas de la vida, no necesitará mayor justificación
a sus ojos, puesto que su verdad será tan evidente para él como la luz del sol”.
He aquí las tres proposiciones fundamentales (3):
“(a) Un PRINCIPIO Omnipresente, Eterno, Sin Límites e
Inmutable, sobre el cual toda especulación es imposible, porque trasciende el
poder de la concepción humana, y sólo podría ser empequeñecido por cualquiera
expresión o comparación de la humana inteligencia. Está fuera del alcance del
pensamiento, y según las palabras del Mandukya es “inconcebible e inefable”.
Para que la generalidad de los lectores perciba más claramente
estas ideas, debe comenzar con el postulado de que hay una Realidad Absoluta
anterior a todo Ser manifestado y condicionado. Esta Causa Infinita y
Eterna (obscuramente formulada en lo “Inconsciente” y en lo “Incognoscible” de
la filosofía europea corriente), es la raíz sin raíz
de “todo cuanto fue, es o ha de ser”. Hállase, claro está,
desprovista de toda clase de atributos, y permanece esencialmente sin ninguna
relación con el Ser manifestado y finito. Es la “Seidad” más bien que Ser (Sat
en sánscrito), y está fuera del alcance de todo pensamiento o especulación.
Esta “Seidad” se simboliza en la Doctrina Secreta
bajo dos aspectos. Por una parte, el Espacio abstracto absoluto, que
representa la mera subjetividad, lo único que ninguna mente humana puede
excluir de concepto alguno, ni concebir en sí mismo. Por otra parte, el Movimiento
Abstracto absoluto, que representa la Conciencia Incondicionada. Los mismos
pensadores occidentales han hecho ver que la Conciencia es inconcebible para
nosotros sin el cambio, y lo que mejor simboliza el cambio es el movimiento, su
característica esencial. Este último aspecto de la Realidad Una se simboliza
también por el término “El Gran Aliento”, símbolo suficientemente gráfico para
necesitar más explicación. Así pues, el primer axioma fundamental de la
Doctrina Secreta es esta SEIDAD metafísica UNA y ABSOLUTA, simbolizada por la
inteligencia finita en la Trinidad teológica.
(…)
Parabrahm (la Realidad Una, lo Absoluto), es el campo de
la Conciencia Absoluta; esto es, aquella Esencia que está fuera de toda
relación con la existencia condicionada, y de la cual la existencia
consciente es un símbolo condicionado. Pero en cuanto salimos en nuestro
pensamiento de esta, para nosotros, Absoluta Negación, surge el dualismo en el
contraste de Espíritu (o Conciencia) y Materia, Sujeto y Objeto.
El Espíritu (o Conciencia) y la Materia, sin embargo, deben
ser considerados no como realidades independientes, sino como los dos símbolos
o aspectos de lo Absoluto (Parabrahm), que constituyen la base del Ser
condicionado, ya sea subjetivo, ya objetivo.
Considerando esta tríada metafísica como la Raíz de la cual
procede toda manifestación, el gran Aliento toma el carácter de Ideación
precósmica. Él es la fons et origo de la fuerza y de toda conciencia
individual, y provee de inteligencia directora al vasto plan de la Evolución
cósmica. Por otra parte, la Substancia-Raíz precósmica (Mulaprakriti) es el
aspecto de lo Absoluto que sirve de fundamento a todos los planos objetivos de
la Naturaleza.
…
(b.) La Eternidad del Universo in toto, como plano
sin límites; periódicamente “escenario de Universos innumerables,
manifestándose y desapareciendo incesantemente”, llamados “las estrellas que se
manifiestan” y las “chispas de la Eternidad”. “La Eternidad del Peregrino” es
como un abrir y cerrar de ojos de la Existencia por Sí Misma” (Libro de Dzyan).
“La aparición y desaparición de Mundos, es como el flujo y el reflujo
regular de las mareas”.
Esta segunda aserción de la Doctrina Secreta es la
universalidad absoluta de aquella ley de periodicidad, de flujo y reflujo o, de
decadencia y crecimiento, que la ciencia física ha observado y consignado en
todas las esferas de la Naturaleza. Alternativas tales como Día y Noche, Vida y
Muerte, Sueño y Vigilia, son hechos tan comunes, tan perfectamente universales
y sin excepción, que será fácil comprender cómo vemos en ellas una de las Leyes
absolutamente fundamentales del universo.
Enseña también la Doctrina Secreta:
(c) La identidad fundamental de todas las Almas con el
Alma Suprema Universal, siendo esta última un aspecto de la Raíz
Desconocida; y la peregrinación obligatoria para todas las Almas, destellos
suyos, a través del Ciclo de Encarnación (o de “Necesidad”), conforme a la Ley
Cíclica y Kármica, durante todo el término de aquél. En otras palabras: ningún
Buddhi puramente espiritual (Alma Divina) puede tener una existencia consciente
independiente antes que la chispa que brotó de la Esencia pura del Principio
Sexto Universal, o sea el ALMA SUPREMA, haya (a) pasado por todas las formas
elementales pertenecientes al mundo fenomenal de aquel Manvantara, y (b)
adquirido la individualidad, primeramente por impulso natural, y después por
los esfuerzos propios conscientemente dirigidos (regulados por su Karma),
ascendiendo así por todos los grados de inteligencia desde el Manas inferior
hasta el superior; desde el mineral y la planta al Arcángel más santo (Dhyani
Buddha). La Doctrina fundamental de la Filosofía Esotérica no admite en el
hombre ni privilegios ni dones especiales, salvo aquellos ganados por su propio
Ego, por esfuerzo y mérito personales a través de una larga serie de
metempsicosis y reencarnaciones. Por esto dicen los hindúes que el Universo
es Brahma y Brahmâ; porque Brahma está en todos los átomos del Universo, siendo
los seis principios de la Naturaleza la expresión, o los aspectos diversamente
diferenciados, del SÉPTIMO y UNO, única realidad en el Universo, sea cósmico o
micro cósmico; y también porque las permutaciones psíquicas, espirituales y
físicas del sexto (Brahmâ, el vehículo de Brahma) en el plano de la
manifestación y de la forma, se consideran por antífrasis metafísica, como
ilusorias y Mayávicas. Pues, aunque la raíz de todos los átomos
individualmente, y de todas las formas colectivamente, es este séptimo
principio o la Realidad una, sin embargo, en su apariencia manifestada,
fenomenal y temporal, todo ello es tan sólo una ilusión pasajera de nuestros
sentidos”. (3)
5. La Teosofía en la historia.
“Ammonio [Ammonio Saccas: Grande y eminente filósofo
que vivió en Alejandría entre el segundo y tercer siglo de nuestra era. Fue el
fundador de la Escuela neoplatónica de los filaleteos o “amantes, de la
Verdad”.] tenía como meta y propósito el reconciliar a todas las sectas,
pueblos y naciones bajo una fe común una creencia en un Poder Supremo, Eterno,
Desconocido e Innominado, que gobierna al universo por medio de leyes
inmutables y eternas.
Por medio de esa intuición superior adquirida por medio de
la Theosophía –o Conocimiento de la Deidad, la cual conduce a la mente, del mundo
de la forma, al del espíritu sin forma, el hombre en toda época y en todo país,
a veces ha sido capacitado para percibir cosas en el mundo interior o
invisible. De aquí, el «Samadhi» o Dyan Yog Samadhi de los ascetas hindúes; el
«Daïmonion-photi», o iluminación espiritual, de los Neo Platónicos; la
«Confabulación sideral de las almas», de los Rosacruces o filósofos del Fuego;
e, incluso el trance extático de los místicos y de los mesmeristas y
espiritistas modernos, son idénticos en naturaleza, aunque diferentes en cuanto
a su manifestación. La búsqueda del «ser» más divino del hombre, tan frecuente
y erróneamente interpretada como comunión individual con un Dios personal, era
el objeto de todo místico. Y la creencia en su posibilidad parece haber sido contemporánea
de la génesis de la humanidad cada pueblo dándole otro nombre. Es así como Platón y Plotino llaman «Trabajo Noético» a lo
que los Yogis y los Srotriyas denominan Vidya. «Por medio de la
reflexión, el conocimiento de sí mismo y la disciplina intelectual, el alma
puede ser elevada a la visión de la verdad eterna, la bondad, y la belleza esto
es, a la Visión de Dios y esto es la epopteia», decían los Griegos.
La Teosofía, es por lo tanto, la Religión de Sabiduría
arcaica, la doctrina esotérica conocida alguna vez en todo país antiguo que
haya merecido el título de civilizado. Todos los escritos antiguos nos
enseñan a esta «Sabiduría» como una emanación del Principio divino; y la clara
comprensión de ello es tipificada por nombres tales como el Buddha Indo, el
Nebo Babilónico, el Thoth de Menfis, el Hermes de Grecia: también en la
apelación de algunas diosas –Metis, Neitha, Athenea, la Sophia Gnóstica, y
finalmente– los Vedas de la palabra «conocer». Bajo esta designación, todos los
filósofos antiguos del Oriente y Occidente, los Hierofantes del antiguo Egipto,
los Rishis de Aryavarta, los Theodidaktoi de Grecia, comprendieron todo
conocimiento de las cosas ocultas y esencialmente divinas. La Mercavah de los
Rabinos Hebreos, las sucesiones secular y popular, fueron designadas de esta
manera, sólo como el vehículo, la cáscara que contenía el conocimiento
esotérico superior. Los Magus de Zoroastro recibieron instrucción y fueron
iniciados en las cuevas y logias secretas de Bactria; los hierofantes egipcios.
Y griegos tenían sus aporrhêta, o di secretos, durante los cuales el Mystês
llegaba a ser un Epoptês: un Vidente.
La idea central de la Teosofía Ecléctica era la de una
Esencia Suprema única, Desconocida e Incognoscible –ya que «¿cómo podría
uno conocer al conocedor?» inquiere el Brihadaranyalka Upanishad. Su
sistema estaba caracterizado por tres rasgos notables: la teoría de la Esencia
antes mencionada; la doctrina del alma humana –una emanación de dicha Esencia y
por lo tanto de la misma naturaleza; y su Theurgia. Es esta última ciencia la
que ha hecho que no sean comprendidos los Neo Platónicos en nuestra era de
ciencia materialista. La Theurgia, siendo esencialmente el arte de aplicar los
poderes divinos del hombre a la subordinación de las fuerzas ciegas de la
naturaleza, sus seguidores fueron primero denominado magos –una corrupción de
la palabra «Magh», que significa un hombre sabio, o erudito –y posteriormente
ridiculizados. Los escépticos de hace un siglo habrían errado completamente si
se hubiesen reído de la idea de un fonógrafo o de un telégrafo. Los
ridiculizados y los «infieles» de una generación generalmente se convierten en
los sabios y santos de la siguiente.
… la Teosofía y los Teósofos hayan existido desde que la
primera luz vacilante del pensamiento naciente hizo que el hombre buscara
instintivamente los medios de expresar sus propias opiniones independientes.
…
*******
(1) ¿Qué son los Teósofos?, “The Theosophist”, Vol. 1. Número
1. Octubre, 1879.
(2) El Filósofo Amigo, Robert crosbie.
(3) La Doctrina Secreta, volumen I, Helena P.
Blavatsky (páginas 14-18, versión original).
(4) ¿Qué es la Teosofía?, “The Theosophists”, Vol. I, Número
1, octubre de 1879.