10 diciembre 2025

Los orígenes del ritual en la Iglesia (I)


 “Yo nunca voy contra Cristo o las enseñanzas del cristianismo de los primeros siglos, sino en contra de esta terrible perversión de todas las verdades”. H.P.B.

 Hemos de partir de la base de que Helena P. Blavatsky vertió críticas en sus escritos sobre los equívocos de todas las religiones a lo largo de la historia. A modo de ejemplo, podemos mencionar los relacionados con las castas, el matrimonio infantil, quema de viudas, persecuciones contra otros grupos religiosos o corrientes filosóficas, etc. Si ahora nos centramos en las iglesias cristianas es porque ha sido y sigue siendo la religión predominante en occidente, aunque muchos únicamente abracen la cáscara de sus dogmas y ritos. El objeto principal de esta entrada es señalar la distancia entre las enseñanzas de Jesús y lo que la Iglesia es en la actualidad, así como la desfiguración de los mitos paganos inferiores que adoptó.

En una de las reuniones de la Logia Blavatsky en Londres en el año 1889 (1), H.P.B. indica lo siguiente sobre las diferencias de las enseñanzas de los primeros cristianos y las prácticas y dogmas adoptados por la Iglesia posteriormente, y ello a raíz de un comentario sobre la obra Pistis Sophia (2):

“Señora Blavatsky: Me gustaría que alguien pudiera traducir esto. Yo la tengo íntegramente en latín. Es la Pistis de Sophia (3). ¡Sólo cuando alguien lo pudiese traducir! 

… Pero debe hacerse totalmente en el lenguaje cabalístico. Ustedes no saben nada sobre cábala, y no podrán hacerlo; necesito alguien que conozca bien la cábala. No puedo pedirle a Mathers que lo haga, porque lo haría en su propio modo cabalístico. Habría una eternidad en el camino y estará San José y todo eso. Por lo tanto, no puedo dárselo a él. Tengo que dárselo a alguien que sepa latín y, al mismo tiempo, conozca lo suficiente sobre cábala como para traducirlo. Ahí verán este espacio central y el espacio medio superior y los siete cielos de los que ellos hablan. Ven, si sólo estudian a los primitivos Padres Cristianos y comparan esto con lo que se dice ahora en las enseñanzas teológicas, verán que existe la misma diferencia entre las enseñanzas de Amonio Sacas y las enseñanzas del Sr. Spurgeon. Ellos creían en los siete cielos y los siete planos, ellos hablaban sobre la encarnación. Se los mostraré en las enseñanzas de los Padres de la iglesia, comenzando con el Alejandrino [Clemente de Alejandría, líder de los cristianos en Alejandría, 150-215] y terminando con cualquiera de ellos. Luego, después del siglo sexto comienza nuestra propia disparatada iglesia, [con] una teología que desfigura todoque se vuelve más y más pagana. Que no toma las ideas paganas de los iniciados superiores, sino de la plebe. Ustedes ven que ellos siempre llegan y dicen que yo estoy en contra del cristianismo. Yo nunca voy contra Cristo o las enseñanzas del cristianismo de los primeros siglos, sino en contra de esta terrible perversión de todas las verdades. No hay nada que no hayan desfigurado, de modo que no pueden nombrar un rito, ya sea en la Católica Romana o la Episcopal o las Iglesias Protestantes que no tenga sus orígenes en los ritos de la plebe pagana. No son los iniciados en los misterios, sino de la plebe pagana, simplemente, al tiempo en que fueron tan perseguidos, y cuando ellos querían salvar las escrituras de la iniciación, tuvieron que comprometerse y llegar a un acuerdo. Y llegaron a un acuerdo con los padres de la iglesia, que eran muy ignorantes. Ellos eran o muy letrados o muy ignorantes. Ahora tomemos a Agustín; lo llaman el hombre más grande y sabio. Yo digo que es tan ignorante como cualquiera. Y luego ellos hacen una especie de olla podrida a partir de estos ritos paganos y las pequeñas cosas de las iniciaciones. Todo esto lo voy a dar en Lucifer, los ritos en la masonería y la iglesia, y estará en cinco o seis números. Creo que va a ser muy interesante para los masones, y para los otros también, porque muestro el origen, y muestro la autoridad de los manuscritos y los clásicos antiguos, y no pueden decir que yo los inventé. 

Dr. Williams: Estuve hablando con un obispo de la Iglesia de Inglaterra la semana pasada, y admitió que si la Iglesia quería continuar su integridad tendría que regresar a las enseñanzas de los primeros Padres Cristianos. 

Señora Blavatsky: Pero tendrían que abandonar los templos y todo. Los primeros cristianos hasta el comienzo del tercer siglo no habían escuchado sobre templos, o ritos, o ceremonias, o iglesias o algo parecido. Lo que se llama la iglesia de Pablo es simplemente una reunión y una asamblea en un cuarto; no había iglesias, ni ritos, ni nada de esto. Ustedes saben lo que este [Minucio] Felix dice: «Ustedes dicen que no somos piadosos porque no tenemos templos, y esto, aquello, y lo otro, pero no podemos tener un templo, porque, ¿dónde está el templo que sea lo suficientemente grande para contener al Todopoderoso y al Absoluto?» [Esas palabras son una parafrasis del apologista Romano Cristiano del tercer siglo, Minucius Felix Octavius]. Este es su argumento, que estaba en contra de los templos. Además, si su obispo quiere volver, tendrá que quitar toda iglesia y templo, y toda capilla. Ellos tienen que volver a la fundación de Jesús. Cuando recen, no vayan a las sinagogas y no hagan lo que hacen los fariseos. Vayan al cuarto y recen. Este es su significado. Ciertamente no hay la más mínima comparación entre lo que Jesús o Cristo les enseñó, y lo que la iglesia está haciendo; esto no tiene la menor similitud. Son como dos cosas diferentes. Dice una cosa y hacen otra; y se autoproclaman cristianos, cuando no son más que el pueblo más paradójico de la creación. Me refiero a todos los cristianos, no solo a Inglaterra. 

Dr. Williams: Pienso que el mundo se está dando cuenta de esto muy rápidamente ahora. 

Señora Blavatsky: No lo puedo evitar ni un poco, estoy totalmente lista para hacer algo. Les puedo asegurar que estoy totalmente lista para hacer cualquier cosa, incluso ser cortada en pedazos, no me importa; porque esta es la maldición. ¡La hipocresía de la Iglesia! 

Señora Blavatsky: (…) ¿Por qué será que en la iglesia dan pan y vino? ¿Por qué será que tienen la Comunión de pan y vino? Simplemente porque era una ofrenda para el sol y la tierra. Metafóricamente hablando, la tierra suponía ser la novia o la esposa del sol, y el sol fecundaba la tierra, y ahí estaba el vino y el pan. Es una de las ceremonias y festividades más antiguas, que finalmente fue adoptada por los teólogos en la iglesia. Era una ceremonia puramente pagana. En una parte fue referida como los misterios de Proserpina, y en otro lugar fue llamada con otro nombre y así sucesivamente. Y luego llegó y desembarcó en la iglesia, y se convirtió en un sacramento. Está el sol, está la tierra, está la humanidad -la humanidad que no es el sol sino el hijo, que es el tercero. Y luego hicieron todas estas ceremonias y estos misterios. Voy a hablar en Lucifer del origen del ritualismo y la masonería moderna, sobre el ritualismo de la iglesia y la masonería moderna, y todo lo leerán en el próximo número de Lucifer. Comienzo una serie de artículos”. 

Blavatsky se refería a la serie de artículos “Origen del Ritualismo en la Iglesia y la Masonería”, que se publicaron en la revista Lucifer de marzo y mayo de 1889. El artículo de mayo, terminó con las palabras “Continuará”, pero nunca lo hizo. En la segunda parte de esta entrada se expondrán una serie de extractos de dichos artículos.

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(1)  Reunión sexta, 14 de febrero de 1889. Extraído de la obra Comentarios a La Doctrina Secreta: Los Informes no publicados de la Logia Blavatsky de 1889. Editorial Dagon. Segunda impresión, diciembre de 2020. (Se han realizado algunos cambios menores en el texto).

(2) Pistis Sophia (Gr.) – “Conocimiento–Sabiduría”. Un libro sagrado de los antiguos gnósticos o primitivos cristianos. Del Glosario Teosófico.

(3) Nota al pie de página que aparece en la obra de Comentarios a la Doctrina Secreta… antes mencionada: “La Pistis Sophia (la Fe de Sofia) o [Conocimiento-Sabiduría], un importante texto gnóstico que fue eventualmente traducido por George Mead y publicado en la revista de la Sra. Blavatsky, Lucifer, en 1890-1891”.