“Lo “primero” no
puede ser lo Absoluto, porque es una manifestación. Así pues, el Ocultismo
oriental llama al Todo Abstracto la “Causa Una sin Causa”, la “Raíz sin Raíz”,
y aplica el nombre PRIMERA CAUSA al Logos, en el sentido que Platón da a esta
palabra”. D.S. Vol. I, pág. 14, nota al pie.
La Teosofía “nos brinda una teoría de la naturaleza y de la vida que se basa en el conocimiento adquirido por los Sabios”, y por lo tanto da respuesta y explica las grandes preguntas existenciales que el ser humano se ha planteado a lo largo de la historia.
Uno de estos interrogantes puede ser: ¿de dónde procede todo
lo que existe?, ¿dónde está la raíz que da lugar a la vida y las formas que somos
y nos rodean?
Para dar respuesta a lo anterior vamos a citar algunos
extractos de La Doctrina Secreta, incluidos pasajes figurativos muy
ilustrativos, si bien antes hemos de familiarizarnos con tres términos sánscritos:
Por un lado, “Parabrahm, que significa literalmente
“superior a Brahmâ”. El supremo e infinito Brahma, lo “Absoluto”, la Realidad
sin atributos y sin segundo. El principio universal, impersonal e innominado”.
Por otro lado, tenemos a “Brahma (neutro) y Brahmâ
(masculino), el creador del Panteón indo. El primero, Brahma o Brahman, es el
impersonal, supremo e incognoscible Principio del universo, de cuya esencia
todo emana y a la cual todo vuelve, y que es incorpóreo, inmaterial, innato,
eterno, sin principio ni fin. Es omnipresente, omnipenetrante, anima desde el
dios más encumbrado hasta el más diminuto átomo mineral. Brahmâ, por
otro lado, es el declarado Creador masculino; existe sólo periódicamente en su
manifestación, y luego entra de nuevo en el pralaya, esto es, desaparece
y es aniquilado”. (1)
Parabrahm equivale a Brahma: lo Absoluto; Brahmâ es la
manifestación periódica, el Logos.
"Lo Finito no puede concebir lo Infinito".
El asunto que tratamos es altamente metafísico, siendo su asimilación compleja a nuestra forma de pensar; en La Doctrina Secreta se advierte de ello en varias ocasiones, y así se indica en la página 51 del volumen I: "El hombre, incapaz de formar un solo concepto, a no ser relativo a fenómenos empíricos, es impotente, a causa de la constitución misma de su ser, para levantar el velo que cubre la majestad de lo Absoluto. Sólo el Espíritu en libertad es capaz de comprender, aunque de un modo vago, la naturaleza de su propio origen, al cual debe volver eventualmente… Puesto que el más elevado Dhyan Chohan, después de todo, tiene que humillarse en su ignorancia ante el soberano misterio del Ser Absoluto".
En cualquier caso, si nos quedamos con la sola idea de su dificultad, nunca avanzaríamos en la comprensión de la Filosofía, siendo así que lo mejor es intentarlo. He aquí los dos primeros párrafos del Proemio del primer volumen de La Doctrina Secreta, Cosmogénesis:
“La que escribe estas líneas tiene a la vista un Manuscrito
Arcaico, una colección de hojas de palma impermeables a la acción del agua, del
fuego y del aire, por un procedimiento específico desconocido. Hay en la
primera página un disco de perfecta blancura, destacándose sobre un
fondo de un negro intenso. En la página siguiente aparece el mismo
disco, pero con un punto en el centro. El primero, como sabe el que se
dedica a estos estudios, representa al Kosmos en la Eternidad, antes de volver
a despertar la Energía aún en reposo, la emanación del Mundo en sistemas
posteriores. El punto en el disco, hasta entonces inmaculado, Espacio y
Eternidad en Pralaya, indica la aurora de la diferenciación. Es el punto en el
Huevo Mundano, el germen interno de donde se desarrollará el Universo, el TODO,
el Kosmos infinito y periódico; germen que es latente o activo, periódicamente
y por turnos. El único círculo es la Unidad divina de donde todo procede y a
donde todo vuelve: su circunferencia, símbolo o forzosamente limitado, por
razón de la limitación de la mente humana, indica la PRESENCIA abstracta y
siempre incognoscible, y su plano, el Alma Universal, aunque las dos son una.
El ser blanca sólo la superficie del disco, y negro el fondo que lo rodea,
muestra claramente que su plano es el único conocimiento, aunque todavía opaco
y brumoso, que el hombre puede alcanzar. En este plano se originan las
manifestaciones Manvantáricas; porque en esta ALMA es donde dormita durante el
Pralaya el Pensamiento Divino, en el cual reposa oculto el plan de todas las
Cosmogonías y Teogonías futuras.
Es la VIDA UNA eterna, invisible, aunque omnipresente; sin
principio ni fin, aunque periódica en sus manifestaciones regulares, entre
cuyos períodos reina el oscuro misterio del No-Ser; inconsciente y, sin
embargo, Conciencia absoluta; incomprensible y, sin embargo, la única Realidad
existente por sí misma; a la verdad, “un Caos para los sentidos, un Kosmos para
la razón”. Su atributo único y absoluto, que es ELLO MISMO, Movimiento eterno e
incesante, es llamado esotéricamente el “Gran Aliento”, que es el movimiento
perpetuo del Universo, en el sentido de ESPACIO sin límites y siempre presente.
Aquello que permanece inmóvil no puede ser Divino. Pero de hecho y en realidad,
nada existe en absoluto inmóvil en el alma universal”.
El solo texto citado ya nos daría para meditar mucho sobre
lo profundo de su significado, pero queremos añadir las explicaciones que
continúan al respecto en las primeras páginas de la obra de HPB:
“Empleando una metáfora de los Libros Secretos, que
explicará la idea de un modo más claro, una espiración de la “esencia
desconocida” produce el mundo; y una inhalación es causa de que desaparezca. Este
proceso ha tenido lugar de toda eternidad, y nuestro Universo presente es
solamente uno de la serie infinita que no ha tenido principio ni tendrá fin”.
…
“Parabrahm no es “Dios” porque no es un Dios. “Es lo
supremo y lo no supremo (paravara)”, explica Mandukya Upanishad
(2.28). Es lo “Supremo” como CAUSA, y no supremo
como efecto. Parabrahm es simplemente, como “Realidad sin par”, el Kosmos que
todo lo abarca –o más bien el Espacio Cósmico infinito– en el sentido
espiritual más elevado, por supuesto. Siendo Brahma (neutro) la Raíz
suprema inmutable, pura, libre, que jamás declina, “la verdadera Existencia
UNA, Paramarthika”, y el absoluto Chit y Chaitanya (inteligencia, conciencia),
no puede ser un conocedor, “porque AQUELLO no puede tener sujeto de
conocimiento”. ¿Puede llamarse a la llama la esencia del Fuego?
…
Parabrahm es, en resumen, la agregación colectiva del Kosmos
en su infinidad, y eternidad, el “AQUELLO” y el “ESTO” a quien no pueden
aplicarse agregados distributivos.
…
Por lo tanto, cuando los Panteístas se hacen eco de los Upanishads,
que declaran, lo mismo que la Doctrina Secreta, que “esto” no puede crear, no
niegan la existencia de un Creador, o más bien de un conjunto colectivo de
creadores; lo que hacen únicamente es rehusar, con mucha lógica, el atribuir la
“creación”, y especialmente la formación, cosas que son finitas, a un Principio
Infinito.
… siendo Parabrahm el “TODO Supremo”, el siempre invisible
espíritu y Alma de la Naturaleza, inmutable y eterna, no puede tener atributos;
pues lo Absoluto excluye naturalmente la posibilidad de conexión con una
idea cualquiera finita o condicionada.
…
Para los sentidos y percepciones de los “Seres"
finitos, AQUELLO es No-“ser”, en el sentido de que es la SEIDAD una; porque
en este TODO yace oculta su coeterna y coeva emanación o radiación inherente,
la cual, al convertirse periódicamente en Brahmâ (la Potencia
masculino-femenina), se extiende en el Universo manifestado. Narayana
moviéndose sobre las aguas (abstractas) del Espacio”, se transforma en las
Aguas de substancia concreta, movidas por él, que viene a ser ahora el VERBO o
LOGOS manifestado”.
La idea acerca de esta Realidad Absoluta anterior a todo Ser
manifestado y condicionado es una de las tres proposiciones fundamentales que establece la Doctrina Secreta:
“Un PRINCIPIO Omnipresente,
Eterno, Sin Límites e Inmutable, sobre el cual toda especulación es imposible,
porque trasciende el poder de la concepción humana, y sólo podría ser
empequeñecido por cualquiera expresión o comparación de la humana inteligencia.
Está fuera del alcance del pensamiento, y según las palabras del Mandukya
es “inconcebible e inefable”.
Para que la generalidad de los lectores perciba más
claramente estas ideas, debe comenzar con el postulado de que hay una Realidad
Absoluta anterior a todo Ser manifestado y condicionado. Esta Causa Infinita y
Eterna (obscuramente formulada en lo “Inconsciente” y en lo “Incognoscible” de
la filosofía europea corriente), es la raíz sin raíz de “todo cuanto fue, es o
ha de ser”. Hállase, claro está, desprovista de toda clase de atributos, y
permanece esencialmente sin ninguna relación con el Ser manifestado y finito.
Es la “Seidad” más bien que Ser (Sat en sánscrito), y está fuera del alcance de
todo pensamiento o especulación.
Esta “Seidad” se simboliza en la Doctrina Secreta bajo dos
aspectos. Por una parte, el Espacio abstracto absoluto, que representa la mera
subjetividad, lo único que ninguna mente humana puede excluir de concepto
alguno, ni concebir en sí mismo. Por otra parte, el Movimiento Abstracto
absoluto, que representa la Conciencia Incondicionada. Los mismos pensadores
occidentales han hecho ver que la Conciencia es inconcebible para nosotros sin
el cambio, y lo que mejor simboliza el cambio es el movimiento, su
característica esencial. Este último aspecto de la Realidad Una se simboliza
también por el término “El Gran Aliento”, símbolo suficientemente gráfico para
necesitar más explicación. Así pues, el primer axioma fundamental de la
Doctrina Secreta es esta SEIDAD metafísica UNA y ABSOLUTA, simbolizada por la
inteligencia finita en la Trinidad teológica.
…
Parabrahm (la Realidad Una, lo Absoluto), es el campo de la Conciencia Absoluta; esto es, aquella Esencia que está fuera de toda relación con la existencia condicionada, y de la cual la existencia consciente es un símbolo condicionado. Pero en cuanto salimos en nuestro pensamiento de esta, para nosotros, Absoluta Negación, surge el dualismo en el contraste de Espíritu (o Conciencia) y Materia, Sujeto y Objeto. El Espíritu (o Conciencia) y la Materia, sin embargo, deben ser considerados no como realidades independientes, sino como los dos símbolos o aspectos de lo Absoluto (Parabrahm), que constituyen la base del Ser condicionado, ya sea subjetivo, ya objetivo” (2).
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(1) Términos extraídos del Glosario Teosófico, por H.P.B, 1892.
(2) La Doctrina Secreta, Volumen I, por H. P.
Blavatsky, pág. 1-15, ed. original.